¿La cordura? Evitaré caer en su trampa y en su letal hastío... prefiero mi locura, peligrosa y traicionera, la que estimula mis neuronas y eriza mi piel, la que vuelca mi corazón y lo transforma en caldera, la que crece dentro de mi ser cuando cruzo mi mirada con la oscuridad de la noche reflejada en unos ojos en cuarto creciente, perpetuos y penetrantes. Me quedo con mi desorden, con mi ternura y con mis sueños. Me quedo con la suavidad, con la dulzura y con los momentos.
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