Recordando...

Y sigo derramando lagrimas, lagrimas que me faltan, y mi vida se va marchitando mientras lloro…

y siguen naciendo ríos en mis ojos porque tú no eres capaz de ver en ellos el amor que siento por ti…

y no te das cuenta de que mi corazón se está helando, porque no te tiene cerca, porque tu no ves la evidencia, porque tu no ves que te amo tanto que duele, y cada vez que te miro a los ojos en mi corazón se clava un puñal de hielo, porque sé que jamás te tendré, jamás podré tocarte, abrazarte, acariciarte, besarte, amarte…

y tu no me ves, no ves al alma que grita enloquecida por ti, este alma que hay dentro de mí, este alma que ya no sabe ni lo que es vivir…

porque su vida no es vida, porque su vida es una condena, está condenada por haberse enamorado de ti…

porque he llegado al punto en el que la única forma de evitar gritarte que te quiero es convertirme en una estatua helada, que ni siente ni padece, que no tiene sangre sino hielo, que perdió la sonrisa cuando creció…

y el sarcasmo es mi escudo, la frialdad mi espada, y el odio mi armadura… odio a la vida, por haber permitido que sea la amargura la calle principal de mi camino, por la que corren mis lagrimas silenciosas y heladas… odio a mi mismo, por dejarte entrar tan dentro y permitirte revolverlo todo...

¡sal de aquí! ¡Déjame caer en el abismo! ¡Déjame solo en la oscuridad, mi cómplice, mi amiga, mi confidente, mi paño de lágrimas! Deja que me posea la locura, mi esperanza, pues es ella la única capaz de darme ganas de levantar el vuelo cada día…

ámame, o desaparece, porque mientras sigas estando tan presente en mi vida no podré dejar de ser tu esclavo, tu sombra, y tu no dejaras de ser mi anhelo… y las lágrimas seguirán cayendo, frías como gotas de hielo, helando a mi alma…

(18-04-09)