La oscuridad no se ilumina, se desnuda lenta y deliciosamente con la punta de los dedos, se alumbra con una sonrisa indolente, inesperada y sincera, se rompe la penumbra con las luces de nuestros propios latidos, se descubre el camino a medida que nuestros pasos, nuestros triunfos y nuestras derrotas despejan las sombras.
Luis

martes, 27 de abril de 2010

Acción-Repercusión

Cuando era niño pensaba que todo en la vida llegaba determinado por unas manos mágicas que nos movían a todos, cuales fichas de ajedrez, en un impresionante tablero coloreado de azul y verde...


Ahora, tras muchos años dando tumbos por esta incoherencia a la que llaman vida, me doy cuenta de cuan niño era… no tenía vista suficiente para mirar hacia atrás, y ver las huellas que había dejado marcadas en la arena. Ahora miro hacia lo andado, y observo con detalle todo cuanto me ha marcado… veo cómo en esa inmensidad penumbrosa y aterradora he ido dejando un rastro, vacilante, discontinuo, precipitado a veces, demasiado lento en otras… un rastro que brilla tenuemente, apenas marcándose sobre ese fondo azabache…un rastro que me invita a pensar, a pasear por los viejos recuerdos dibujados en lo más profundo de mi cabeza, a inhalar el aroma del polvoriento volumen, apilado durante años en un estante olvidado de esta desordenada biblioteca.


Y observando mi camino, mis pasos, detallo en mi fuero interno cómo los fui dando, el esfuerzo empleado en cada uno de ellos… y el motivo por el que los di.


Y resulta que…a fin de cuentas… la vida se rige por el principio de acción- repercusión… las decisiones que cada uno tomamos se encadenan a unos efectos imprevisibles, provocando a su vez una nueva secuencia de decisiones arriesgadas… tomadas en la inmensidad de un espacio ingrávido, sin un atisbo de luminosidad que permita ver las posibles consecuencias con una mínima nitidez…


¿Cómo predecir lo que nadie sabe? ¿Cómo arriesgarse, saltar al vacío, lanzarse a la aventura sin mayor arma que tus uñas y tus dientes, sin saber siquiera dónde estará el fondo del oscuro acantilado?


No hay seguridad posible en las decisiones que tomamos, cuando las dejamos en función de la más mínima variable humana… nadie sabe lo que le pasará dentro de un año, ni dentro de un mes… ni tan siquiera dentro de un minuto.


Es tan difícil arrojarse a un abismo sin luz…

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