La oscuridad no se ilumina, se desnuda lenta y deliciosamente con la punta de los dedos, se alumbra con una sonrisa indolente, inesperada y sincera, se rompe la penumbra con las luces de nuestros propios latidos, se descubre el camino a medida que nuestros pasos, nuestros triunfos y nuestras derrotas despejan las sombras.
Luis

domingo, 5 de diciembre de 2010

Demasiado Humano

Llevaba tiempo sin darme cuenta. Cerraron las heridas, obligadas por mi razón, incoherente y autodestructiva, a cicatrizar a la velocidad de la luz, reinventando defensas inexistentes en mi interior a marchas forzadas, derribando de una sentada el mundo que llevaba meses construyendo y rehaciéndolo en un suspiro, eliminando cualquier rincón de mi pensamiento que oliera a ti, pintando una magnífica sonrisa ficticia en mi cara…


Las había olvidado por completo. No podía entender qué sucedía dentro de mí, hasta que de repente recordé que había cosido las heridas y había dejado un hueco considerable dentro de mi… mi corazón ya no está, solo hay aire, inmensas corrientes de aire ácido y tóxico, acelerando mis respiraciones, asfixiando mi silencio, mordiendo mi mente, tensando mis sentidos, desquiciando mis nervios…


Estoy hueco, hueco por dentro, oscuro, negro como el azabache, completamente vacío e inmensamente lleno… lleno de veneno. Lleno de odio, de rencor, de decepción, de rabia, de angustia, de fuego, de dolor, de incomprensión, de apatía, de desaliento, de desconfianza, de frialdad… lleno de huecos, de imágenes incompletas, de secuencias fracturadas, de palabras medio borradas… de momentos que no se olvidan y que quiero dejar de querer olvidar.


No queda retórica en mi cabeza capaz de expresar lo mal que me siento, no hay una voz bella para describir lo que hay dentro de mi… Sólo una expresión fiera que grita hasta convertirse en un rasguño en el viento, sólo una lágrima rodando por la mejilla, sólo un eco silencioso que me aborda sin previo aviso al doblar cualquier esquina de mi pensamiento, y que abandona su silencio para entregarse a esta tortura que atraviesa mi alma.


No puedo rehacerme tan rápido, no puedo cerrar mis heridas así, sin más, necesito que todo ese aire se vaya de dentro, necesito crecer poco a poco, con mi fuerza y mi esfuerzo, con mi corazón y mis ganas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores