La oscuridad no se ilumina, se desnuda lenta y deliciosamente con la punta de los dedos, se alumbra con una sonrisa indolente, inesperada y sincera, se rompe la penumbra con las luces de nuestros propios latidos, se descubre el camino a medida que nuestros pasos, nuestros triunfos y nuestras derrotas despejan las sombras.
Luis

sábado, 3 de marzo de 2012

A veces, simplemente... duele

Aléjate. Distánciate todo lo que puedas de mi, pon tierra de por medio, pies en polvorosa. Si te acercas más conseguirás que mis garras destrocen tu bondadoso corazón sin querer.

No dejes que mi mirada profunda y mis pesadas pestañas dobleguen a tus sospechas. Lo único que queda en mi de lo que antes fui es la carcasa. Puede que por fuera deje percibir cierto halo de bondad, de dulzura, de inconsciencia… maldita sea mi dulzura, que envenena los sentidos de aquellos insensatos que se acercan demasiado. Por dentro estoy muerto, completamente vacío, seco como la tierra del desierto y amargo como la propia muerte.

No te acerques, mantente lejos de mí. Te aseguro que no quiero hacerte daño, pero a fin de cuentas soy incombustible. El que sufrirá serás tú, y yo seguiré mi camino.

No sé lo que me hiciste. No soy capaz de entender qué fue lo que cambiaste en mi, qué extraño neurotransmisor tocaste. No comprendo cómo engrandecí tanto lo poco que me diste, ni tampoco sé cómo sigues apareciendo en mi mente de repente y cómo sigo recordándote con morriña y nostalgia después de Años. No sé lo que me hiciste… pero aún hay noches en las que mis piernas no tiemblan ni un ápice cuando unos labios rozan mi cuello. Se me olvida cómo había que sentir.

Tengo la impresión de que me volviste completamente loco. Aún hay días en los que no sé lo que soy, ni lo que hago. Me convertiste en un monstruo, insensible e insaciable. Mentiría si dijese que no he vuelto a enamorarme, pero tú… tú fuiste el único que supo entrar dentro de mí como un huracán, y convertir mi mundo en el suyo.

Maldita dulzura la tuya… joder, maldita dulzura la nuestra, la que hizo temblar las paredes de tu habitación y las patas de tu cama, la que quemó mi corazón y mis neuronas.

Mañana me despertaré siendo el mismo de siempre, el que ya no se acuerda de tu existencia, y soy feliz en mi vida sin ti, en mi vida conmigo mismo, me siento bien, libre y casi completo… pero esta noche te echo de menos tanto que podría robar una estrella al firmamento y encadenarme a ella, arder lentamente en su fuego y dejarme lamer por sus rayos, si con ello consiguiera que el último segundo de mi condena lo pasara mirando dentro de tus ojos y rozando tu piel con las yemas de mis dedos.


2 comentarios:

  1. Cuanto más me digas que me aleje, más me acercaré.

    Yo sólo se que los chicos malos no escriben en un blog... quizá si los rotos, pero no los malos...

    Un enorme abrazo, para todas esas noches en las que no quieras dormir solo...

    muak ;)

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  2. ^^ Serás mi única seguidora constante... pero lo haces inmejorablemente bien :D

    Abrazo recibido, mil gracias :) Un millón de adjetivos nuevos, para cuando te desveles ;D Muuuuuuuack!

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