La oscuridad no se ilumina, se desnuda lenta y deliciosamente con la punta de los dedos, se alumbra con una sonrisa indolente, inesperada y sincera, se rompe la penumbra con las luces de nuestros propios latidos, se descubre el camino a medida que nuestros pasos, nuestros triunfos y nuestras derrotas despejan las sombras.
Luis

miércoles, 23 de marzo de 2011

Luna Rota

Derramo mis pensamientos en palabras, y mis palabras se hacen eco de mis sentimientos, sentimientos atracados en un puerto envuelto en sequía, una sequía que cuartea mi piel y nubla los mismos pensamientos que la crean.

Ya no zarpan barcos hacia los arrecifes de coral. Ya no saltan los peces, jugueteando con las olas. No hay más algas en la orilla, ni más arena en la playa. Mi cuerpo ya no percibe el escalofrío que provocan las gotas de agua recorriendo mis vértebras, casi penetrando mi piel en su efímero cosquilleo. Mis labios han olvidado el sabor de la sal, y mi lengua ya sólo tolera el amargo sabor de la bilis paseando a sus anchas por mi esófago.

Ya no bailo con mis recuerdos a la luz de mi luna, porque sus manos se han convertido en cuchillos afilados que cruzan mis muñecas cortando mis venas. Ya no danzo con mi memoria alrededor de los reflejos de su luz, porque mi luna se está apagando y se adormece abruptamente dejándome a oscuras con todo aquello que construí a base de arena y agua.

La oscuridad que mi luna deja en este mundo al desvanecerse silenciosamente arranca todo lo que encuentra a su paso, devorando mi cerebro como aperitivo. Llévate mis ojos, maldita… desde que mi luna dejo de alumbrarme no me sirven para nada… llévate mi voz, ya no la quiero, no hay nada más que decir, hace demasiado tiempo que quebró de tanto gritar. Llévate todo el amor que estuve dispuesto a dar, nadie lo quiso y yo me cansé de regalarlo… llévate mi cuerpo, llévate mis manos… ya no puedo acariciar a mi luna mientras el sol duerme, te has encargado de romperla y maltratarla.

Llévatelo todo, perversa oscuridad… déjame solo con mi odio, deja que él se encargue de absorberme lentamente. Llévate todo lo que ya no soy capaz de vislumbrar, mi luna se está partiendo por la mitad, su luz se apaga y sólo quiero odiarla por dejarse matar por ti, por rendirse, por no plantarte cara. Vete de una vez con todo lo que tengo… deja que el odio me consuma.

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