"Hola pequeño, Estás ahí? Contesta, por favor"
Silencio.
Solo días nublados.
Amor, que destilas tus efluvios y
los mezclas con ginebra… han muerto tus suspiros?
"Después de olvidar quién eras te convertiste en lo que odiabas..."
Eras la luz, el agua, los pétalos
de azahar reflejando al sol en su blancura perpetua y majestuosa. Eras la
inocencia de la mirada de un niño que no entiende lo que sueña, la persistencia
de un músico tocando su oxidado saxofón en una calle desierta.
"Tú… añorado paisaje interior,
torrente de esperanza, ardiente armonía en tus descerebrados movimientos… dónde
estás?"
Entraste por la dolorosa tristeza
a las tenebrosas calles de la harapienta soledad, y terminaste cantándole
baladas a la luna, rasgando tu voz en mil girones de desesperación. En las
noches con lluvia saliste a bailar, danzaste con la oscuridad deslizándote
sobre los charcos. Hasta que los charcos se consumieron y sólo quedó la noche
para ti.
Ahora observas el universo, con
tus ojos ya ciegos, y solo eres capaz de percibir en él su terrible crueldad.
Las constelaciones crujen y se arremolinan en un poderoso torbellino de
estrellas punzantes que perforan los sentidos de los pocos que sienten con vehemencia.
“De los pocos que sienten como tú… Dónde diablos te has metido?”
Volaste libre, y la libertad
arrancó las plumas de tus alas. Qué harás ahora, faisán estúpido? Triste bufón,
has perdido lo más bello y poderoso de tu ser! Ridículo despropósito de
sibilantes artimañas, terminado en drama… ahora sólo te queda correr
arrastrando tu alma corrompida por las praderas del desierto.
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